Caput Mundi

ROMA
Tras nuestro almuerzo, dedicaremos la tarde a realizar un recorrido panorámico por la ciudad de las siete colinas. Desde nuestro autobús tomaremos este primer contacto con las mil y una maravillas que se nos van a ir regalando durante esta semana en Roma, la capital del Mundo Antiguo que nunca renunció a su vocación de universalidad, y la indiscutible belleza de todas ellas se nos irá susurrando suavemente para darnos la mejor de las bienvenidas. Saludaremos al Castillo del Santo Angel, a la basílica de San Pedro del Vaticano, a la Isla Tiberina y al Circo Máximo, junto al que haremos una breve parada para poder contemplar frente a nosotros la colina del Palatino, en la que el legendario Rómulo fundó una ciudad destinada a no morir nunca. Proseguiremos después por las Termas de Caracalla, el Coliseo, la catedral de San Juan de Letrán, la basílica de Santa María la Mayor, la Plaza de la República y la via Veneto. Nuestra entrada en esta urbe sin par se completará acercándonos a su inconfundible sabor, a través de un passeo por sus callejuelas y su peculiar adoquinado, los sanpietrini, que nos llevará ante el irresistible magnetismo del Panteón, el templo dedicado a todos los dioses del Olimpo romano, y ante la espectacularidad barroca de la celebración del agua Virgen en la Fontana de Trevi.

ROMA
Esta mañana nos acercaremos al importante período de la Roma republicana, iniciado a finales del s.VI a.C, después de la caída de las instituciones monárquicas y del fin de la influencia etrusca. Visitaremos el área geográfica más estrechamente relacionada con ella, comenzando nuestro recorrido en el Capitolio, la colina sagrada de la Antigüedad, convertida en símbolo del poder civil a partir de la Edad Media, y bellamente transformada por Miguel Angel durante el Renacimiento. Podremos disfrutar de unas estupendas vistas sobre el Foro Romano y el Coliseo, además de contemplar los restos del Tabularium, construido en el s.I a.C., sobre los que fue levantado el Palacio Senatorio. Descenderemos después al Velabro, la llanura natural entre el Tíber y el Palatino en la que la loba encontró a los gemelos Rómulo y Remo, y en la que podremos contemplar la bella iglesia medieval de San Jorge y el imponente Arco de Jano. En los Foros Boario y Olitorio podremos admirar los restos de los distintos templos de época republicana que los embellecían, mientras que a la entrada del Ghetto Judío seremos cautivados por la magnificencia de las ruinas de dos edificios de época imperial: el Teatro de Marcelo y el Pórtico de Octavia. Por la tarde, a través de la Isla Tiberina, el islote natural consagrado por los romanos al dios Esculapio, llegaremos al popular barrio de Trastevere, famoso en todo el mundo por la atmósfera bohemia que envuelve sus calles, consteladas de bares, restaurantes, puestos callejeros y curiosas tiendas. Descubriremos dos de sus joyas artísticas más importantes: en Santa Cecilia in Trastevere podremos admirar el Jucio Universal del pintor romano Pietro Cavallini (s.XIII), considerado su obra maestra, mientras que en Santa María in Trastevere, reconstruida en el s.XII reutilizando material procedente de las Termas de Caracalla, quedaremos fascinados por los estupendos mosaicos que decoran su ábside, datados entre los siglos XII y XIII. Pondremos colofón a la jornada subiendo al Janículo, donde podremos admirar la elegancia del Templete de San Pietro in Montorio, realizado por Bramante, expresión del más puro estilo renacentista, y desde donde disfrutaremos de un bellísimo atardecer sobre toda Roma.

CASTELLI ROMANI
Dedicaremos el día de hoy a re correr la zona colinar conocida como Castelli Romani, lugar de residencia estival de los emperadores y los nobles romanos, tradición mantenida después por los papas durante la Edad Moderna. Se trata de los montes albanos, en los que surgió la antigua ciudad de Alba Longa, fundada por Ascanio, hijo de Eneas, estrechamente ligada al origen mitológico de Roma. Sus frondosos bosques y sus dos lagos de origen volcánico, junto con una discreta altitud, les han convertido desde siempre en una muy válida alternativa a los calurosos veranos romanos, y gracias a ello hoy podemos admirar las importantes villas que las familias patricias de la Urbe levantaron durante el Renacimiento y el Barroco. Haremos nuestra primera parada en Frascati, verdadero “balcón” de los Castelli sobre la Ciudad Eterna, que surge sobre la antigua Tusculum, una de las ciudades que formaron parte de la Liga Latina contro la supremacía romana, escogida por los patricios de la época imperial como lugar ideal para la construcción de sus villas estivales, y en la que podremos admirarse la catedral de San Pedro y la imponente Villa Aldobrandini. En la localidad de Castel Gandolfo podremos disfrutar de las estupendas vistas sobre el lago de Albano y visitaremos el interior del Palacio Apostólico, residencia veraniega de los papas desde el s.XVII, abierta al público recientemente, tras la renuncia del Papa Francisco a continuar con esta tradición. Almuerzo. Por la tarde llegaremos a Nemi, burgo medieval que se asoma al lago del mismo nombre, conocido como el espejo de Diana, pues los antiguos romanos dedicaron toda la zona a la diosa de la Caza, declarando sagrados todos sus bosques y prohibiendo la construcción de cualquier tipo de vivienda, veto respetado por el mismo emperador Calígula, que amaba transcurrir temporadas aquí, y que hizo construir dos inmensas naves, verdaderos palacios flotantes, para no infringir esta ley. Nuestra excursión finalizará en Ariccia, transformada durante el Barroco por Gian Lorenzo Bernini y Carlo Fontana, que crearon la escenográfica Piazza di Corte, enmarcada por la iglesia de la Asunción y el renacentista Palacio Chigi, en cuyo interior podremos admirar las suntuosas salas de la que fuera la residencia de verano de esta importante familia de banqueros procedente de Siena a la que pertenecía el papa Alejandro VII.

ROMA
Esta mañana nos trasladaremos al lugar símbolo de una de las instituciones políticas más peculiares de la Historia: el Papado. Allí reviviremos la génesis del poder temporal del sucesor de Pedro, el obispo de Roma, que en el s.V, aún antes de la definitiva caída del Imperio, cubrió el vacío dejado en la ciudad por un emperador demasiado ausente y lejano. Letrán fue el emplazamiento elegido por Constantino el Grande a principios del s.IV para la edificación de una gran basílica dedicada al Salvador, hoy dedicada también a San Juan Bautista y a San Juan Evangelista. Conocida como Mater Ecclesiarum, al ser la primera iglesia cristiana jamás construida, es la Catedral de Roma y, aún hoy han de dirigirse a ella los pontífices tras su elección para tomar posesión de su cargo. Iniciaremos nuestra visita en la Scala Santa, edidicio construído por voluntad de Sixto V en el s.XVI para preservar el Sancta Sanctorum, la capilla privada de los papas en el Patriarchio, sede apostólica durante más de mil años, antes de que lo fueran el Vaticano y el Quirinal, una verdadera ciudadela fortificada de la que no queda prácticamente ningún vestigio. Visitaremos después el interior de la basílica que, después de haber sido reformada en numerosas ocasiones durante los siglos, debe su aspecto actual a la intervención de Borromini durante el Barroco, quien la restauró con motivo del Gran Jubileo de 1650. Podremos admirar la imponente puerta de bronce de época romana, procedente de la Curia Julia, el bello mosaico del ábside, realizado en el s.XIII por Japoco Torriti aunque fuertemente modificado bajo León XIII a finales del s.XIX, el claustro realizado en estilo cosmatesco por la familia de los Vassalletto en el s.XIII, y el pórtico realizado en tiempos de Sixto V por Domenico Fontana, autor también del adyacente Palacio Apostólico, hoy sede del Vicariato de Roma, lugar en el que se firmaron los Pactos de Letrán en 1929, con los que se creó el Estado de la Ciudad del Vaticano. Finalizaremos la visita del complejo de Letrán en el Baptisterio, prototipo de todos los baptisterios italianos, para acercarnos después al monasterio de los Santi Quattro Coronati, en cuya capilla de San Silvestre podremos contemplar un bellísimo ciclo de frescos del s.XIII que narran la conversión de Constantino y en los que se representa la transmisión del poder temporal al Papa Silvestre I, hecho histórico completamente falso, pero comúnmente aceptado en época medieval en virtud del decreto apócrifo conocido como Donatio Constantini, cuya veracidad fue definitivamente desmentida durante el Renacimiento.

CAPRAROLA – BRACCIANO
Hoy pondremos rumbo a las verdes campiñas del alto Lacio, donde se yergue el Palacio Farnesio de Caprarola, obra maestra de Vignola, y uno de los mayores ejemplos de arquitectura militar-palaciega del Renacimiento. La fortaleza, edificada por voluntad del cardenal Alejandro Farnesio en la primera mitad del s.XVI, presenta una peculiar forma a planta pentagonal con patio circular en el centro. Quedaremos prendados por su monumental Scala Regia, de forma helicoidal y elegantemente decorada con sus columnas de peperino, típico material local de origen volcánico. En sus salones podremos contemplar frescos de gran bellezza, realizados por Taddeo Zuccari y Antonio Tempesta, que narran los episodios de la historia de esta fastuosa familia noble, una de las más influyentes en la política europea durante la Edad Moderna. Concluiremos la visita en los fantasiosos jardines a la italiana. Almuerzo. Por la tarde, podremos admirar otra gran morada histórica: el Castillo de Bracciano, desde el que se domina el lago del mismo nombre, de origen volcánico y rodeado por los montes Sabatinos. Edificado en el s.XV por Braccio da Montone, pasó a ser propiedad de los Orsini y posteriormente de los Odescalchi, sus actuales propietarios, familias ambas pertenecientes a la nobleza que protagonizó la historia de la Roma de los papas. Constituido por tres cercos de murallas externas y caractarizado por sus cinco imponentes torres almenadas, en su interior podremos admirar las decoraciones del s.XIV, entre las que destacan el ciclo de la mujer medieval, importante documento gráfico sobre la vida en la corte durante la baja Edad Media, y el triunfo de Gentil Virginio Orsini, firmado por Antoniazzo Romano, importante pintor del Renacimiento.

ROMA
Esta mañana entraremos de nuevo en contacto con la transformación barroca de la ciudad visitando su famosísima Piazza Navona, construida sobre los restos del Circo de Domiziano (s. I d.C.), que han dotado a este espacio público de esa forma tan peculiar. El gran papa Inocencio X, miembro de los potentes Pamphilj, quiso convertir la plaza que lo había visto nacer en el elegante “saloncito” que hoy conocemos, y para ello hizo realizar sus bellísimas fuentes, entre las que destaca la fontana de los Cuatro Ríos, una de las obras más famosas del genial Bernini. Mandó construir, además, el nuevo palacio de familia, hoy sede de la embajada de Brasil, y la iglesia de Santa Inés, en cuya realización participó el gran Borromini. Continuaremos nuestra visita en la cercana iglesia de Santa Maria della pace, caracterizada por su fachada convexa, realizada por Pietro da Cortona, y en cuyo interior podremos admirar las sibilas con las que Rafael decoró la Capilla Chigi, y en las que se advierte una clara influencia de Miguel Angel tras la realización de los frescos de la Capilla Sixtina. Por la via dei Coronari, la calle de los anticuarios, llegaremos hasta el Castillo del Santo Angel, al que accederemos por el puente del mismo nombre, transformado por Bernini en uno de los conjuntos más escenográficos del Barroco romano. Visitaremos el interior de esta imponente fortaleza a orillas del río Tíber, que en origen fue el mausoleo construido por el emperador Adriano (s. II d.C.), y en la que frecuentemente alojaban los papas durante el Renacimiento, debido a sus características defensivas, transformándose así en una morada bellamente decorada, en la que destaca el apartamento de Pablo III Farnesio, uno de los mayores ejemplos del manierismo romano. Desde la terraza del castillo disfrutaremos de unas estupendas vistas sobre la ciudad y sobre San Pedro del Vaticano.

ROMA
Nuestra última mañana en la Ciudad Eterna nos regalará un momento único: visitaremos el interior de la Villa Médici, pertenecida en el pasado a la gran familia florentina, situada en lo alto de la colina del Pincio, en las inmediaciones de la Villa Borghese. Edificada en la segunda mitad del s.XVI por voluntad del cardenal y futuro Gran Duque de Toscana Fernando de Médici, alberga la Academia Francesa en Roma desde 1803. Nos maravillará la rica decoración a base de bajorrelieves antiguos de su fachada interna, entre los que destacan dos guirnaldas procedentes del Ara Pacis. Atravesaremos sus jardines, desde los que se goza de una bella vista sobre toda la ciudad, y en los que podremos admirar el sobrecogedor grupo escultórico de los Nióbidas, para llegar hasta el studiolo, creado en el interior de una de las torres del tramo de las Murallas Aurelianas (s. III d.C.) que recintan la villa, donde podremos admirar los frescos de Jacopo Zucchi (s.XVI), discípulo de Giorgio Vasari. Tras la visita a esta imporante morada nobiliaria, bajaremos por las monumentales escalinatas de Trinità dei Monti hasta la famosa Piazza di Spagna, en cuyas inmediaciones disfrutaremos de nuestro almuerzo, momento final de esta inolvidable semana en la capital italiana, antes de dirigiremos al aeropuerto para iniciar nuestro viaje de vuelta a casa.

Elegante y confortable hotel situado en pleno casco histórico, con ambientes relajantes como su patio interior y su terraza. Está ubicado junto a la via Giulia, a pocos minutos de la isla Tiberina, de la Piazza Navona y del popular barrio de Trastévere.

Tipología de habitación reservada para nuestro tour: classic